Hasta luego, amigo Esteban Barroso
Hoy quiero dedicar unas palabras de homenaje a mi amigo Esteban Barroso, el fundador de Triodos Bank en España y su director general hasta el pasado lunes. Por motivos personales y biográficos ha decidido dar un cambio de rumbo en su vida, y yo, conociéndole como le conozco y teniendo absoluta confianza en él, no solo estoy muy tranquilo sino que estoy convencido de que no tardará mucho en sorprendernos con alguna nueva aventura creativa de aquellas que la gente considerará de locos, y que él demostrará que solo era de intrépidos.
A veces la humanidad de una persona puede quedar un poco velada por las responsabilidades de su cargo, y creo que éste ha podido ser el caso de Esteban. Muchas personas no han tenido la suerte de conocerle en profundidad, especialmente los de fuera, en parte también porque siempre me cedió a mí generosamente la representación del banco en conferencias y apariciones en medios, y especialmente en televisión. Nunca ha querido ese protagonismo, porque su principal objetivo y misión era cuidar del banco y de todos nosotros en esta apasionante aventura pionera que ha sido desarrollar Triodos Bank en España.
A pesar de las múltiples ocupaciones y preocupaciones con las que cada día debe enfrentarse un director general, Esteban siempre tenía tiempo para interesarse de verdad por la situación personal de los empleados y de sus familias. Durante estos años ha visitado periódicamente todas las oficinas, manteniendo reuniones cordiales con todos los empleados y aprovechando la ocasión para comer o cenar con todos ellos. No creo que exista otro banco en este país donde los empleados hayan podido tener una relación tan próxima con su director general.
Por mi parte, solo puedo tener palabras de agradecimiento hacia él; desde el primer día confió plenamente en mí y me dio libertad absoluta para desarrollar mi estrategia comercial en el banco. Y he de decir que esto me ha dado mucha fuerza y me ha permitido sacar lo mejor de mí, y descubrir capacidades que ni yo sabía que tenía. Esteban es un líder nato, no necesita ejercer el poder porque tiene la autoridad del que sabe a dónde va y cómo ir; tiene la autoridad del “autor”. Sabe reconocer las capacidades de las personas y confrontarlas consigo mismas y con sus miedos cuando ve que no son capaces de verlas.
Trabajar con Esteban es sentirte vivo, es no cejar en el empeño de trabajar por un mundo mejor, es no dormirte en los laureles del éxito mientras existan tantas cosas por hacer. Esteban hace realidad el precioso poema de Federico Mayor Zaragoza:
Es tiempo de dormir lo justo, de descansar lo imprecinsdible,
es tiempo de madrugar, de emprender cada día, los labios llenos de sonrisas,
los cambios que parecen imposibles en algores de neblina y de temor
que ocultan los rumbos de mañana,
que soñamos para nuestros hijos,
es tiempo pues de alzarse y de no cejar,
es tiempo de amar cada instante de la vida… este misterio.
Esteban, gracias por haber conseguido que en los últimos años me haya levantado cada día con la ilusión y la pasión de ir a trabajar.
Querido amigo, hasta luego…
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Muchas gracias. Le deseo lo mejor!