Por: Joan Antoni Melé | 18 de diciembre de 2012

Haz el bien… y mira a quién

La importancia de las donacionesDe los 3 tipos de dinero que existen y que mencionaba en un artículo anterior -dinero de consumo, dinero de ahorro y dinero de donación- hay uno que generalmente se toma menos en serio, de forma muy equivocada. Se trata del dinero de donación.

Creo que es imprescindible rehabilitar la importancia del acto de donar, en realidad con una gran capacidad transformadora a nivel personal y social.

Quiero hacer mi modesta contribución a ello recuperando aquí una reflexión sobre la donación que recojo en el libro Dinero y Conciencia.

La vida es donación

Todos hacemos y recibimos donaciones en esta vida.  Estamos aquí porque nos lo han dado todo: la vida, alimentación, cuidados, educación… Y también nosotros lo damos todo a nuestros hijos. Desde que nacemos hasta que nos morimos donamos, ni más ni menos que por amor. Algo que, como mínimo, nos sirve para plantearnos si es totalmente cierto aquello de que es el puro interés económico es lo que mueve el mundo ¿Y si fuese la donación desinteresada lo que en realidad lo hace? Junto con donaciones tan íntimas y personales como las que hacen nacer y avanzar las vidas, hay otras que han hecho posibles proyectos tan valiosos para toda la humanidad, e improbables sin la donación, como Wikipedia.

Pero de la misma manera que podemos realizar un consumo y un ahorro impulsivo y descontrolado o, por el contrario, consciente y responsable, cuando hacemos una donación tampoco vale todo. Parece como si, cuando hablamos de donar, como se trata de un acto en principio positivo, se pudiese aplicar el famoso haz el bien y no mires a quién. Hay razones de peso para hacer el bien pero mirando bien a quién.

En ocasiones, la donación no es consciente, sino una respuesta mecánica que compensa sentimientos de culpa y llena necesidades de paz afectiva con uno mismo. El problema con esto es que la donación es aleatoria, ciega y de ella no se beneficia necesariamente quien más la necesita. Incluso es posible que, en realidad, tampoco sirva para colmar las necesidades personales que nos impelen a realizarla.

Cuando miramos a quién, es decir, conocemos o tenemos más información sobre a quién estamos donando y qué van a hacer o han conseguido con nuestra donación, podemos experimentar el verdadero poder de donar.

Considero que la donación con conciencia es posiblemente la expresión más alta de libertad del ser humano, porque es puro antiegoísmo y también una liberación de la persona que la ejecuta. No me parece exagerado decirlo cuando una donación implica en realidad un compromiso que une a quien la hace con quien la recibe. Uno no se libera de su dinero cuando lo dona, sino que se hace responsable de él junto con la persona o la institución que lo recibe. Se vincula con otros individuos y proyectos con una cierta intensidad y comparte su motivación y destino.

La última donación

Como mencionaba al inicio, la última donación, definitiva y obligada, la realizamos cuando nos morimos, y aquí quisiera plantear algo en lo que no solemos pensar. En mi vida de profesional de la banca he visto no pocas broncas entre hijos por la herencia cuando los padres todavía están sin enterrar. Y también como se despilfarraba en poco tiempo todo lo que los padres habían ahorrado por miedo al día de mañana, y que por suerte nunca necesitaron.

Invito a reflexionar pues sobre lo siguiente: ¿Por qué no somos capaces de ejercer el acto de libertad de dar en vida una parte de lo que no necesitamos o, si no en vida porque el miedo nos lo impide, ¿por qué no somos capaces de destinar una parte del testamento a determinados proyectos que como donantes queremos ayudar a potenciar?

¿Por qué no nos desvinculamos un poco de los lazos obligados de la sangre para poder sentirnos hermanos en un mundo más amplio y extender nuestra donación  más allá del estricto ámbito familiar?

Un comentario a “Haz el bien… y mira a quién”

  • Marta dice:

    M’agrada aquesta puntualització de la dita “Haz el bién, pero mirando a quién”, i tota la reflexió que fas sobre el tema de les donacions.
    Des de Besalú, gràcies Joan per aquesta donació.

Deja un comentario