Hoy estamos viviendo múltiples y variadas crisis económicas en todo el mundo: en unos lugares es una crisis grave porque falta lo más esencial como alimentos, agua, sanidad y educación, y afecta a más de tres mil millones de personas.
En otros lugares, como por ejemplo España, se ha pasado de la abundancia y el derroche, en algunos casos, a la obligación de tener que poner sensatez y racionalizar el gasto. En otros países, la crisis está más disimulada, aunque también estallará tarde o temprano. Son los llamados países emergentes que han entrado más recientemente en la locura de la producción y el consumo desbocados.
No he encontrado a nadie que en una conversación privada y serena no me reconozca que este modelo social de producción y consumo sin límites es una locura, y sin embargo sigue manteniéndose y fomentándose a pesar de todas las destrucciones y conflictos que provoca.
¿Cómo es posible que suceda todo esto?