Por Marcos Eguiguren, miembro del Consejo de Administración de Triodos Bank
El ser humano parece haber perdido la capacidad de guiar su obra por el legado que quede de la misma más allá de su corta existencia.
La visión del placer inmediato -adopte este el formato que sea: consumismo, poder, seguridad, hedonismo, frivolidad-, se sitúa muy por encima de la solidaridad intertemporal que garantiza la supervivencia de las especies.
En términos generales, no dejamos que nuestros pasos sean guiados por el objetivo de dejar un mundo mejor a nuestros hijos y nietos. La cruda realidad es que la mayoría de mortales nos esforzamos por salvar nuestro pellejo y vivir lo más ricamente posible en este mundo terrenal, al que nos aferramos en un esfuerzo insensato de prorrogar lo inevitable.