Casi cada día leo algún artículo nuevo en Internet sobre Triodos Bank, y la verdad es que no deja de sorprenderme. No me refiero al asombro ante la diversidad de historias y opiniones sobre Triodos Bank en circulación, sino sobre todo a su volumen, hasta hace unos pocos años inimaginable, cuando tratábamos de impulsar la entonces desconocida banca ética. Apenas tenían noticia de nosotros algunas personas que comenzaron a confiar sus ahorros en el banco, auténticos audaces en un momento en que no había oficinas de Triodos Bank ni tarjetas.
Hoy, en un mundo y un sector financiero en proceso de cambio, parece ser que estamos bajo los focos, y de ahí el lógico chaparrón al que a veces nos vemos expuestos. Llama especialmente la atención la cantidad de webs y blogs que hablan sobre Triodos Bank, a veces proclamando que la única realidad sobre el banco es la que ellos anuncian, calificando algunos comentarios positivos de los lectores como mensaje pagado por el banco o incluso, en los peores casos, vetando comentarios de aclaración de Triodos Bank. Nadie dijo que era fácil ser diferente, ni cambiar algunas cosas.
A veces incluso veo como se critican opciones personales de vida de quienes tenemos un perfil más público y se extienden a toda la organización, cogiendo una parte, ignorando otras y obviando la libertad individual. O van todavía más lejos… Puedo comprender que haya personas en contra de las energías renovables o de la agricultura ecológica y que prefieran la energía nuclear o la agricultura tradicional, con sus supuestas ventajas, pero me cuesta más entender que se desprecie a todos los que trabajan o invierten en estas alternativas en desarrollo, diciendo que no tienen ninguna base.
Afortunadamente, esta es solamente una parte de la realidad y la mayoría de personas valoran que siempre nos hayamos fijado como objetivo conseguir un cambio positivo en la sociedad desde el sector financiero, invirtiendo solamente en economía real y que lo demostremos con hechos, siendo pioneros en una política de transparencia total que va más allá de los eslóganes publicitarios (en Historias de la banca transparente figuran todos los proyectos que financiamos).
Es bueno y me alegra que exista interés en Triodos Bank y la banca ética en general, pero ojalá fuese siempre un interés crítico. Una aproximación crítica respecto a lo que nosotros decimos, hacia las opiniones favorables respecto a Triodos y también respecto a las desfavorables. Porque, sin ánimo de entrar en un trabalenguas, aquí va mi reflexión: ¿por qué en ocasiones algunas personas con gran sentido crítico se convierten en acríticas y por lo tanto en crédulas ante cualquier comentario o historia negativa? ¿Por qué damos tanta credibilidad a todas las críticas, si muchas veces no están firmadas o no sabemos nada de quienes las escriben?