Por: Joan Antoni Melé | 29 de enero de 2013

¿Hay que convencer a los demás? Una experiencia personal

Estoy seguro de que muchos todavía no se creen que la gente común podamos cambiar el mundo. No por su actitud personal, sino porque, por mucho que yo recicle, compre comercio justo o me preocupe por los demás, ¿cuántos hay que todavía no hacen nada y les da igual? ¿Cuántos aún no han abierto los ojos y están esperando que el cambio simplemente aparezca o que venga desde arriba, desde los que mandan? Tan importante es cambiarnos a nosotros mismos, poco a poco, como convencer a los demás para que lo hagan, para que actúen. Pero, qué difícil que parece a veces, casi una misión imposible…

El propósito de estas líneas es contar mi modo de verlo, por si puede inspirar a alguien, en particular desde mi experiencia, promoviendo unas finanzas más éticas a través de la propuesta de banca con valores de Triodos Bank. En unos años, el banco ha pasado de ser considerado como una aventura interesante pero incierta por la mayoría de los que nos conocían, a ser la opción de ahorro normal de más de 100.000 personas.

Por eso, creo que quizás esta experiencia puede tener algún valor para los que quieren contagiar un cambio hacia una sociedad más humana y saben que solo seremos capaces de conseguirlo si sumamos. No es ninguna receta compleja, ni exacta. Para mí, si quieres animar a alguien a cambiar tienes que comenzar por respetarlo, que incluye respetar también su modo de actuar, por mucho que pueda disgustarte. Lo peor que se puede hacer en esta vida, por muy tentado que se pueda estar de ello, es ir repartiendo lecciones por el mundo. Algunas veces, aunque con buenas intenciones, puede parecer que en lugar de convencer, lo que queremos es prácticamente vencer al otro, mostrar que somos mejores.

Hay que tener claro que el otro, por mucho que pueda dar la impresión de lo contrario, no actúa normalmente de mala fe, sino por razones que desconocemos o por simple ignorancia. Si de verdad quieres conseguir algo, escucha, para saber quiénes son realmente o que quieren los demás. Y, después, simplemente cuenta tu experiencia, o incluso puedes ir más allá: cuenta sobre todo qué es lo que sientes.

Animarse a influir en el mundo, a implicarse por ejemplo con un consumo más responsable, no puede partir únicamente de los argumentos, por numerosos y contundentes que sean, sobre la importancia de hacerlo. Las personas se mueven cuando descubren o sienten la necesidad de moverse, de cambiar y mejorar su propia vida. ¿Qué mejor para ello que contando cómo cambia la nuestra al sustituir el coche por el transporte público siempre que podemos, para contaminar menos pero también para vivir con menos estrés, o la satisfacción que nos produce donar unas horas de nuestro tiempo a una ONG como voluntarios?

En ocasiones ni siquiera es necesario contar nada, sino que se refleja solo. Cuando damos un paso y otro y otro más en la dirección de nuestras convicciones, nuestra vida es más plena, somos de verdad felices.

Es un error intentar vencer, como decía, pero es mejor todavía si tampoco tenemos que convencer. Pensándolo bien, seguramente no tenga demasiado sentido empeñarse en convencer, cuando los cambios, para que sean reales y duraderos, deben surgir de la libertad y del compromiso individual de cada persona.

¿Quizás lo que necesitamos no es más que hacer y compartir?

13 comentarios a “¿Hay que convencer a los demás? Una experiencia personal”

  • Javier dice:

    Los cambios promovidos desde arriba y los promovidos desde abajo se retroalimentan. Hay acciones que sí podemos tomar desde abajo, como por ejemplo cambiar de entidad bancaria: depositar tu dinero en Triodos, Coop57, Fiare, etcétera. Pero hay otras acciones que, si no presionamos para que haya cambios desde arriba, no podemos ejercerlas, por ejemplo: conozco a mucha gente que quiere comprar ropa y otros productos de comercio justo, pero no se lo pueden permitir. Si las leyes favorecieran los productos de comercio justo (como defiende, por ejemplo, la Economía del Bien Común) o si los salarios fuesen más altos, un mayor porcentaje de la población podría acceder a estos productos.
    Cambio personal, por supuesto, pero cambio global, por supuesto que también. Precisamente, quien dijo aquello de “cámbiate a ti mismo para cambiar el mundo”, fue Gandhi, uno de los grandes impulsores de cambios “macro”, de reivindicaciones políticas y de movilizaciones.

  • Orson Bonilla dice:

    Estimado Señor Melé,

    Llegué a España hace un poco más de un año, vine de los Estados Unidos, de donde aprendí de la banca porque trabajé con Bank of America por más de ocho años, también trabajé en una caja de ahorro, no como las de aquí, sinó como las que nacieron con el propósito de ayudar a las cooperativas y a la clase trabajadora, ya que las cajas están muy reguladas en EE.UU por ser instituciones sin fines de lucro y eximidas de impuestos por ende. Incluso antes de llegar a España encontré en la web a Triodos Bank con usted como un buen presentador del proyecto. Hacía años ya sabía también del premio nobel en economía por su proyecto de micro-bancos en Bangladesh, Mohammad Yunus. Ambos me dieron una gran ilusión de cambio, de alternativa de vida en armonía con la naturaleza, la relación y responsabilidad orgánica que tenemos socialmente. Pues para hacerlo corto, llegué a Españá y contacté a Triodos Bank para ofrecer mi experiencia y conocimientos, me he ofrecido como voluntario para participar en el proyecto de la forma de sea necesaria, pero las puertas están cerradas. Me gustaría Señor Melé que usted me diera un consejo, una luz, una idea de cómo sumarme y sumar sin tener los medios para hacerlo.
    Namaste!

    • Joan Antoni Melé dice:

      Hola Orson. Solo puedo agradecerte tu entusiasmo, tan necesario para empujar cualquier proyecto de cambio. Sobre oportunidades profesionales en Triodos Bank y la forma de enviar una candidatura, te recomiendo visitar la sección correspondiente en nuestra web (http://www.triodos.es/es/conozca-triodos-bank/trabaje-con-nosotros/). En todo caso, debo informarte de que, como empresa, no contamos con voluntarios sino con empleados. Gracias por tu interés,

      Joan

  • Rafael Gálvez dice:

    Muy de acuerdo con el artículo. Sólo añadiría que aunque no se trate de vencer o convencer sí que tenemos que informar y comunicar, para que esa persona comience a sentir el placer de hacer el bien y de contribuir hacia un mundo más justo, más solidario y más humano.
    Un saludo.

  • Diego dice:

    Tiene toda la razón del mundo. La verdad motiva leer estas palabras, en las que queda claro que hay gente que está decidida a cambiar el mundo y que cree en ello. Y al igual que usted yo también estoy convencido de que esforzándote cada día por cambiarte a ti mismo, viviendo con la ilusión de que con tu trabajo y esfuerzo puedes llegar a cambiar el mundo, aunque muchos puedan pensar que eso de las utopías no es para ellos. Se puede contagiar a los demás a moverse hacia un mundo mejor.
    A mi usted me contagió más si cabe, a raíz de verlo en el progrma “Salvados” y hubo unas palabras que desde ese momento tengo grabadas en la memoria, que vendrían a decir que pasara lo que pasara, usted iba a “echar el resto” como se suele decir ,por cambiar este planeta y por hacer a los demás partícipes de este cambio.
    Solo puedo decirle que aunque solo tenga 18 años, espero poder cambiar también el mundo.

    Muchas gracias, para mi es un ejemplo de integridad y de lo que se dice ser una buena persona. Chapeau !!

    • Joan Antoni Melé dice:

      Hola Diego. Muchas gracias por tu aliento en esta tarea de todos. Solo puedo animarte en tu propósito y desear que no lo pierdas nunca. Saludos,

      Joan

  • Yolanda dice:

    Hola Joan, estoy totalmente de acuerdo con lo que expones en esta entrada del blog. Y no porque lo digas tú, sino porque lo he experimentado en mí misma. Al igual que tú, he pasado muchos años de mi vida trabajando en una caja de ahorros (que ahora es un banco), hasta que he decidido que ya era el momento de quitarme miedos e irme al paro y buscar otro camino laboral más coherente con mi camino personal. Durante todos estos años he pasado un proceso que no siempre ha sido positivo, primero criticar lo que me parecía mal de mi entorno, después arremeter contra todo eso de las maneras que se me ocurrían y así hasta llegar a un punto de calma en que me centro en llevar una vida lo más coherente posible y compartirla, colaborando hasta donde puedo y sé en crear un entorno pacífico y alegre. Fue desde ese cambio mío cuando observé que se produjeron más cambios (pequeñitos, eso sí) en las personas con las que trabajaba. Creo que de alguna manera ven algo inspirador. En definitiva, estoy segura de que dar un buen ejemplo de coherencia y ética tiene mucha fuerza, más que todos los argumentos juntos.
    Y en cuanto a coherencia con lo que hacemos con nuestro dinero, me gustaría que me dijeras a qué entidad puedo llevar el plan de pensiones que tenía como empleada de caja de ahorros. Estoy dando muchas vueltas al tema y no lo tengo claro. ¿Sería mucho preguntar, dónde llevaste el tuyo? :-) .

    Gracias Joan y un abrazo a todos

    • Joan Antoni Melé dice:

      Hola Yolanda. Me alegro de ese cambio positivo que has hecho. Cada uno de nosotros tenemos que encontrar el nuestro, y no siempre es fácil, pero qué importante es buscarlo y también tener ese punto de valentía que, por la vivencia que compartes, demostraste. Sobre la cuestión que me planteas, siento decepcionarte, pero no creo que sea mi papel recomendarte una u otra entidad. Espero que ese camino personal que sigues continúe aportándote cosas positivas. Saludos,

      Joan

      • Yolanda dice:

        Para nada siento decepción Joan, optaré por la entidad que me ha parecido la menos incorrecta después de meditarlo, aunque me quedan dudas de si es el mejor sitio o no. Si no me equivoco las únicas opciones son un banco de los “tradicionales” o una de las dos cajas que quedan…
        Muchas gracias por tus palabras y tus buenos deseos, encontrar un buen camino no es fácil y seguirlo muchas veces tampoco, pero si se tiene la certeza de a donde se quiere llegar, hay que ponerse a andar en esa dirección.
        Saludos
        Yolanda

  • Rafael Gálvez dice:

    Hola Yolanda, si te sirve de ayuda para tu plan de pensiones puedes intentar que la entidad financiera a la que acudas te facilite la política de inversiones del plan de pensiones. En ella podrás comprobar si la gestora del plan de pensiones tiene establecido que dicho plan tenga invertido como mínimo un porcentaje de su patrimonio en empresas éticas, socialmente responsables, donde se promueva la conservación del medio ambiente, iniciativas sociales,…. etc.

  • Yolanda dice:

    Hola Rafael, lo que más estaba intentando mirar es la política general de la entidad, pero lo que planteas es una idea interesante que voy a tener en cuenta para informarme un poco mejor. Muchas gracias por tu aportación, me ayuda de verdad.

  • Rafael Gálvez dice:

    De nada Yolanda, es para mi un placer haberte ayudado.

  • Bastida dice:

    Me gusta el artículo, coherente con la filosofía personal tuya, Joan Antoni, que parece ser la de Triodos Bank. Desde hace un mes que me incorporé como cliente a Triodos Bank, no solo tengo la sensación de haber cambiado mi concepto de Banco ético y con valores, sino que hasta yo creo haber ganado en ética y en valores. Parece ser que Triodos Bank es contagioso. Contagia valores y contagia principios. Pienso como tú, Joan Antoni pero en su momento quizá no tuve esos 20 segundos de coraje necesarios para no solo pensar sino actuar. Tú los tuviste. Enhorabuena, algunos somos mejores ahora. ¡Ya faltan menos! Un abrazo.

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