Algunas de las cifras aparecidas este año en los medios de comunicación son realmente preocupantes, y deberían llevarnos a una reflexión profunda.
Por ejemplo, el informe presentado por la ONG Intermón–Oxfam en el pasado Foro de Davos, en el que se muestra que actualmente el 1% de la población mundial ya tiene más recursos económicos que el 99% restante. Es incomprensible, es inaceptable, y, además, no tiene sentido. Me gustaría tener la oportunidad de conversar con alguna persona de ese 1% y preguntarle: ¿Para qué lo quieres? ¿Ya sabes que tú también, algún día, te vas a morir? ¿Qué sentido habrás dado a tu vida, además de ganar dinero? ¿Has pensado en las consecuencias que tus decisiones han tenido sobre las demás personas y sobre el medio ambiente?
Por otra parte, el pasado mes de noviembre tuvo lugar en París la cumbre mundial del cambio climático. Autores de tanto renombre mundial como Jeffrey Sachs (La era del desarrollo sostenible), Naomi Klein (Esto lo cambia todo), y otros, nos dicen de manera seria y argumentada que nuestro futuro está en juego, y que la creciente amenaza de un desastre medioambiental nos obliga, si queremos asegurar nuestra supervivencia, que debemos tomar plena conciencia de esta situación y emprender las reformas necesarias.
Cuando se habla de estas cuestiones es frecuente escuchar comentarios argumentando que deben ser los políticos, o los gobiernos, quienes regulen las diversas actividades para evitar que sigan produciéndose estos problemas. Y es cierto, los políticos solo tiene esa misión: garantizar la paz, es decir, garantizar que nadie vulnera los derechos humanos de los otros, y hoy no lo están haciendo, o no suficientemente. Ellos mismos reconocen que los mercados financieros les mandan, al menos así lo reconocieron ante las cámaras de televisión algunos presidentes de gobierno. Creo que lo correcto sería, si un presidente reconoce ante los ciudadanos de su país, que los mercados financieros le mandan, que a continuación hubiera dicho: “por eso me veo obligado a dimitir”. Porque está claro quienes deberíamos mandarle somos nosotros los ciudadanos.
Pero como que esto está lejos de la realidad, y está claro que los políticos están bastante atados de pies y manos (y quiero pensar que la mayoría tiene buenas intenciones), algo debemos hacer nosotros por nuestra cuenta si queremos que las cosas cambien, y que cambien pronto. Y esto lo han entendido ya cientos de miles, o millones de ciudadanos de todo el mundo que han comenzado un cambio personal de actitud, un cambio de conciencia, y así han comenzado a consumir productos ecológicos y de proximidad, de comercio justo, y a ser usuarios de banca ética. Al principio éramos unos pocos locos idealistas (así nos denominaban), pero el crecimiento ha sido y es exponencial.
Este cambio de conciencia también ha comenzado en el mundo de la empresa; muchos empresarios ya se han dado cuenta de que el objetivo de una empresa no puede ser únicamente conseguir los máximos beneficios en el mínimo tiempo posible, o el orgullo de ser las mejores empresas del mundo, sino que han descubierto que lo más importante es convertirse en las mejores empresas para el mundo.
El sistema B Corp es un movimiento global de emprendedores, líderes empresariales, inversores, trabajadores, consumidores y políticos con un objetivo común: transformar la forma en que el mundo empresarial y de los negocios mide el éxito, de modo que la sociedad pueda caminar hacia estadios de bienestar compartido y durable superiores. B Corp es una certificación como las de comercio justo o de agricultura ecológica, pero para toda la empresa. Responde a los más elevados estándares de desempeño, transparencia y responsabilidad, y se convierte en una forma mejor de hacer negocios: mejor para los trabajadores, para las comunidades y para el medio ambiente.
Las empresas B Corp son empresas con propósito de impacto social y ambiental positivo, es decir, que utilizan los instrumentos e incentivos del mercado para dar respuesta a retos sociales y ambientales. A diferencia de las empresas que persiguen únicamente fines económicos, las empresas B Corp deben a la vez cumplir con:
- Estándares de rendimiento social y ambiental completos y transparentes
- Cumplir con mayores estándares de responsabilidad legal
- Cumplir con criterios de transparencia
Me llena de orgullo poder poner a Triodos Bank, el primer banco reconocido como empresa B, como ejemplo de ello. Es una gran noticia que el sistema B Corp se esté extendiendo por todo el mundo, y también que ya haya llegado a España.
El 28 de junio por la tarde se hará en Barcelona la presentación oficial para toda España, y yo animo a todos los empresarios a que se informen y a que encuentren la fuerza interior para apuntarse a este cambio. Se sentirán mejor como personas y posiblemente descubran que su empresa funciona mejor. El número de consumidores conscientes está aumentando, y en el futuro, las empresas que no sean responsables estarán fuera del mercado.