En la pequeña pausa reflexiva durante la que escribo estas líneas, me viene a la mente otra idea, del poeta Federico García Lorca y que hace tiempo que tenía ganas de compartir. Hoy me parece oportuna, porque habla de cómo evitar dejarnos llevar por la vorágine del mundo y ser más libres. Es de hace décadas, pero sin duda continua valiendo igual:
“No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombre sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social”.
No renunciemos, por culpa de lo urgente, a nuestro enriquecimiento cultural, a nuestra esencia como personas. Seguro que, además de disfrutar con ello, también nos acabará aportando las respuestas que necesitamos.