Por: Joan Antoni Melé | 7 de febrero de 2012

Fríos ante la injusticia

Voluntarios de Solidarios para el DesarrolloEstos días nos ha llegado una ola de frío siberiano, que ha hecho descender los termómetros a temperaturas de muchos grados bajo cero. Y de nuevo nos hemos vuelto a encontrar con la triste imagen de personas sin hogar refugiándose entre cartones, o, en el mejor de los casos, en los recintos de los cajeros automáticos que, como dice mi amigo Arcadi Oliveres, han sido la obra más social de las cajas de ahorros.

Hemos escuchado en las noticias que en estos días ha habido muchas personas que han muerto a causa del frío, y eso debería hacernos sonrojar de vergüenza. ¿Cómo es posible que con los recursos que tenemos seamos capaces de permitir esta situación? ¿Cómo es posible que hayamos llegado a tal insensibilidad?

Simultáneamente nos ha llegado también en estas últimas semanas otro tipo de noticias que nos han dejado helados: noticias sobre corrupción, fraudes fiscales y malversación de fondos públicos, o de retribuciones multimillonarias a dirigentes de entidades quebradas que han requerido de ayudas públicas. Y siempre vemos que no pasa nada, la impunidad es la norma con la que nos hemos acostumbrado a vivir. Y quizás este sea el problema, que acabamos acostumbrándonos a todo y tiramos la toalla. “¿Qué quieres que haga?”, me dicen algunos, “yo no puedo cambiar las cosas”. Y esa es una afirmación que no aceptaré mientras viva, porque todos podemos cambiar las cosas y además debemos hacerlo.

Podemos y debemos ayudar a la gente que lo necesita, ya sea de forma directa, o a través de entidades del sector social que se ocupan desde hace años de estos temas. En Triodos Bank financiamos a muchas entidades del sector social que podréis encontrar en nuestra web, y que estarán muy agradecidos si decidís colaborar con ellos. Cada vez que nos encontremos con alguien sin hogar o con algún sufrimiento injusto, en vez de lamentarnos podemos hacer una transferencia a una de esas entidades que cuidan de los demás. Y si queremos saber cuál sería la cantidad adecuada, echemos una ojeada al último extracto de nuestra tarjeta de crédito o de nuestra cuenta corriente y descubriremos con sorpresa que algunas de nuestras compras superfluas habrían podido contribuir a aliviar mucho dolor en el mundo.

Y por último, solo cuando ya estemos actuando con coherencia y compromiso, alcemos la palabra para llegar a los corazones de quienes nos rodean, para que nuestro fuego ayude a derretir el hielo de su pesimismo o de su indiferencia. ¡Alcemos la palabra!”

3 comentarios a “Fríos ante la injusticia”

  • Manuel Adán dice:

    A veces me pregunto si hay algo más que pudiera hacer para ayudar a que poco a poco sea más difícil tomar una fotografía como la que se ilustra. Como bien nos tiene acostumbrados el mensaje de Joan, trasladar los principios a los actos es, a nivel individual, la forma más eficaz de trabajar por un mundo mejor. Pero a nivel colectivo, siento que somos pocos y dispersos, y si bien es cierto que existen vínculos invisibles entre quienes acometen una labor bajo unos mismos principios, llegaríamos más lejos trasladando también al plano material esos enlaces.

    Individualmente es fácil sentirse sólo nadando contracorriente, máxime teniendo en cuenta que las personas somos influenciables, y como minoría, pasamos más tiempo junto a otros con una consciencia, digamos “estándar”, y eso puede hacernos sentir fuera de lugar en más de una ocasión, o como un auténtico rebelde en otras. A veces, recurrir a la buena Fé permite tomar fuerzas, pero no siempre funciona.

    ¿Alguien se apunta a montar una asociación de afectados por la nueva consciencia? ;)

    Un abrazo,

  • Joan Antoni Melé dice:

    Es una excelente idea, me encantaría tener carné de socio de esta asociación. Un abrazo.

  • César dice:

    Realmente TODOS somos socios de esa asociación, el problema es que hay demasiados carnets caducados y la inercia actual de la vida que habitualmente lleva el sobrevalorado “primer mundo” nos…duerrrrrrrrrrrrme.

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