Algunas preguntas nos incomodan. Nos sacan de eso que los psicólogos llaman nuestra zona de confort y la tentación inmediata es volverse, mirar hacia atrás para ver si hay alguien cerca que pueda contestar. Con un poco de suerte, la cuestión no iba para nosotros.
Hace unas pocas semanas participé en un evento que, por su nombre, se diría que solo concierne a algunos, en concreto los directivos de organizaciones. Me refiero al encuentro de Empresas con valores, que organizó Triodos Bank el pasado 22 de enero y en el que se compartieron ideas sobre cómo hacer negocios con éxito y con responsabilidad.
David Escamilla, periodista y presentador del coloquio en el que participé junto a Víctor Viñuales, director de la Fundación Ecología y Desarrollo, planteó una pregunta fundamental y de esas que son para todo el mundo, porque cada cual debería pensarla por sí mismo y encontrar su propia respuesta.